Índice
Bestiario, prólogo por Pablo de Santis
Huellas
Punta Roja
Famosa arpía oval
Cita en el bar Suárez
La entrega
Los perros nocturnos
Reducto para reptiles lustrosos
Mi familia
Parque Chas
Shaila y la carnada
Los looters
Insectario
El captor
Siempre me gustaron los malos
Las albinas
Pabellón de los grandes félidos
Nieve en Buenos Aires
La contraseña
Sorpresa, electricidad, vértigo
Bestiario, prólogo por Pablo de Santis
Huellas
Punta Roja
Famosa arpía oval
Cita en el bar Suárez
La entrega
Los perros nocturnos
Reducto para reptiles lustrosos
Mi familia
Parque Chas
Shaila y la carnada
Los looters
Insectario
El captor
Siempre me gustaron los malos
Las albinas
Pabellón de los grandes félidos
Nieve en Buenos Aires
La contraseña
Sorpresa, electricidad, vértigo
En Breviario de furias Daniel Diez nos sumerge en el mundo de las gábulas y sus gorjeos. Unos seres inasibles, entre la ciencia y la ficción, que nos tienen en vilo como al biólogo sueco que finalmente sucumbirá a su misterio. Hay otros seres en sus cuentos, los llamados humanos que, como insectos, reptiles, félidos, o simples perros nocturnos revelan costumbres que escapan a nuestras previsiones. Y ese fondo de oscuridad, locura o violencia está tendido allí con naturalidad, con una prosa tranquila y eficaz que sabe crear el espacio justo para dejar crecer la inquietud.
Uno va bordeando peligros y rarezas a través de estos relatos, pero finalmente llega sano y salvo al otro lado, con ese ligero estremecimiento de pavor que dejan los buenos cuentos.
Inés Fernández Moreno
"...un excelente escritor, y un cuentista que sobresale en este país de cuentistas."
Ana María Shua
Por la diversidad de tonos y registros, por la imaginación vívida y un oficio depurado, por el soplo de vida de sus criaturas memorables, los cuentos de Breviario de furias revelan a un gran narrador, ya preparado para una carrera de fondo.
Guillermo Martínez
Daniel Diez presenta situaciones (un hombre que sigue a una mujer y descubre que no es el único) y seres perturbadores (la terrible ibina, las gábulas, los perros nocturnos), difíciles de olvidar. Recrea en nuestro idioma la zoología fantástica que Borges había inaugurado hace medio siglo. Sus criaturas son insistentes como un mal sueño que, pese a todo, no deja de atraernos.
Gerardo García – ADN, La Nación
Sobre el cuento: Sorpresa, electricidad, vértigo.
Una escritura que revela dominio del género y de su variante erótica. La prosa es rica y sobria pero con toques poéticos. El tono es de una suave melancolía y un erotismo velado en el cual la rememoración, en apariencia de un romanticismo adolescente, es el núcleo de una narración que revela otra dimensión de la historia.
Noé Jitrik
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